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El Caballo blanco del Vaticano.

Desde galletas de limón hasta automóviles de lujo, a lo largo de los siglos los obsequios hacia los pontífices han representado respeto y diplomacia entre las naciones y la iglesia católica creando símbolos que reflejan el espíritu y el momento histórico de cada pontificado.


Algunos de estos regalos se han caracterizado por su significado espiritual, como lo es en el caso de Protón, un caballo árabe blanco de 12 años de edad proveniente de Michalski Stud Farm, en Kołobrzeg-Budzistowo, uno de los criaderos más antiguos de Polonia, reconocido por criar caballos árabes pura sangre. Su donador Andrzej Michalski tomó como inspiración una fotografía de León XIV durante su periodo de misión en Perú en donde se le ve al pontífice montando a caballo, Michalski menciona que eligió a Protón por su carácter liviano y noble, además por su color, ya que según Michalski el blanco combina naturalmente con la sotana papal, representando pureza y paz.


El caballo es movimiento, impulso, vida. Es un compañero de camino.



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El poder, respeto y lealtad que significa otorgar un equino como obsequio conserva un peso histórico relevante que continua vigente en nuestro tiempo. En las culturas árabes se consideraba un presente divino mientras que en la tradición cristiana una representación del alma libre que busca avanzar hacia la luz.  El caballo es movimiento, impulso, vida. Es un compañero de camino.


La misión de Protón será encarnar esa idea, es el recuerdo de la fe en movimiento ya que su destino tiene un propósito solidario: se prevé que el caballo sea alojado en los establos de Castel Gandolfo mientras espera ser subastado con la finalidad de otorgar lo recaudado a la caridad. Protón no solo será el compañero de León XIV, sino que también acompañará a otros siendo él mismo la representación de que la fé está en el camino.


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